Escrito por:
Laura Michel Rúa López
Estudiante Grado 7° - I.E. El Salvador
En Springfield viven los Simpsons y estaban reunidos en su casa acordando el lugar donde pasarían sus próximas vacaciones. Homero dijo: “hemos viajado tanto a ciudades grandes y lugares escandalosos, este es el momento de escoger un sitio tranquilo, donde haya paz y un ambiente cálido donde los niños puedan respirar aire puro”. A March le gustó la idea, observaron en internet y Lisa, que es la más inteligente, ayudó a buscar un sitio así, ella les dijo que en el Suroeste Antioqueño existía un pueblo con las descripciones que habían dado y se llama “Pueblorrico”. La Familia estuvo de acuerdo y a los dos días arreglaron todo para su viaje.
Llegaron y buscaron dónde hospedarse – se quedaron en la “residencia el viajero” - para luego salir, comer y conocer el Pueblo. Fueron al “Rincón de Emanuel” y, como siempre, Homero pidió tres porciones de carne con papas, tocineta y una rica y espumosa cerveza; Barth y March pidieron hamburguesas con papas; Lisa, como es vegetariana, pidió una ensalada y a Maggi le dieron una sopa. Estaban muy contentos de haber elegido este lugar para disfrutar de las vacaciones. Después de la cena cada uno se las arregló para conocer su lugar favorito:
Homero, a quien le gusta conocer amigos y tomar cerveza, se fue para La Bohemia; Lisa llegó a la casa de la Cultura a conocer sobre las clases de música y después, al otro día, se iría para la biblioteca a observar unos libros y conocer niños y niñas para hacerse amiga de ellos; Barth se fue para la maquinitas y allí hizo muchos amigos con los cuales acordó, para el otro día, enseñarles a montar en su patineta por la Avenida La Paz; March quedó con Maggi y se fueron a comprar helado a “La Fuente”, luego se sentaron en el parque y allí se encontró con unas señoras con las cuales se puso a hablar mientras Maggi montaba triciclo con una niña de su misma edad. Lisa y Barth se reunieron con su mamá en el parque para irse a dormir y, al pasar por la Bohemia, se llevaron a Homero que ya estaba algo borracho. Al otro día se levantaron y cada uno cumplió con sus compromisos de la jornada.
Al tercer día de estar allí se sentían muy felices y complacidos con la hospitalidad de la gente. Salieron en Familia para conocer la obra de arte que hay a la entrada del Gólgota, la obra del Maestro William Peláez a quien habían tenido la oportunidad de apreciar en fotos. Como estaba haciendo mucho calor, a Homero se le ocurrió visitar la Piscina y al estar allí todos se bañaron y, como siempre, Homero acompañaba su baño con unas ricas y espumosas cervezas.
Al llegar el Domingo cumplieron con su compromiso de asistir a la Santa Misa. Al día siguiente estaban muy aburridos porque ya tenían que estar de vuelta para su casa, pero estaban muy felices de haber disfrutado sus vacaciones en Pueblorrico y como es costumbre de los visitantes, se compraron su buen paquete de colaciones surtidos en la placa y un paquete de “luisas” en la Sultana.
Todos afirmaron lo mismo:
¡Fue el Lugar que nos habíamos imaginado! Y ¡han sido unas vacaciones inolvidables!
Homero dijo: “es el único pueblo al cual dejamos muchos amigos y al que podemos volver sin ningún problema”
Chao: Los Simpsons los llevamos en el Corazón
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